Tiempos
de compartir, de existir y Ser.
Tiempos
de amar, purificar nuestros sentimientos y dejarnos en libertad para poder amar
y así disfrutar del placer que es vivir.
Tiempos
para abrasar.
Tiempos
eternos que se quedan en nuestra alma recordando el poder que descubrimos al
ser esa energía de amor que siempre fuimos, dejando miedos y buscando la perfección
donde no existía, porque para sentir se necesitar aceptarse primero.
Tiempos
solos y acompañados.
Tiempos
de alegría y de reflexión.
Tiempos
de poder sentir la vibración del amor, comenzando en descubrirla al ser íntegro
y con ello reconociendo lo que es el amor, aquel que se nos ocultó y ahora
florece dentro y fuera de nosotros.
Tiempos
para disfrutar la belleza de la vida, la naturaleza y de todo lo que tiene
vida.
Tiempos
de conocerte para conocerme, porque al caminar contigo siento lo que soy y
descubro que puedo ser mejor, para así sentirme en armonía.
Tiempos
de verte a los ojos y reconocerte, porque sé que en un futuro sabré y recordare
que caminamos un tiempo aquí y ahora juntos.
Tiempos
en que se expande el alma en el plexo y su sentir es tan real que me indica que
hay esta mi fuente de existencia.
Tiempos
de contemplarte y contemplar mi realidad y así poder disfrutar al recordar todo
aquello que pude apreciar.
Tiempos
de amar lo que se es, para nunca creer que la existencia no tiene valor, pues
es el valor más apreciado al ser la propia vida.
Tiempos
de saber que nunca olvidare aquello que soy, seré y fui, aprendiendo a
disfrutar lo que ahora soy.
Tiempos
de poder escoger lo que deseo ver, escuchar y sentir.
Tiempos
de ser el Yo soy, que en realidad soy.