Cuando uno ama, ama
por el simple hecho de sentir y ser el amor.
Ama porque su esencia
y espíritu es el que dirige la vida.
Ama porque sabe que
esa es la verdadera felicidad y se lleva dentro ese sentimiento a tal grado que
florece hacia el exterior expandiendo a todos los que la rodean.
Ama porque sabe que
solo así existes y vives.
Ama porque no existe
otra forma de sentir el amor del espíritu que habita dentro de uno mismo,
porque sin el espíritu todo carece de vida y existencia, amar es una cualidad
de los seres abiertos a la felicidad, lejos de los temores que abarcan las
exigencias del mundo, porque aun teniendo bienes, no se pierden en ellos, pues
se sabe que la verdadera existencia viene del centro del corazón, luz inmensa
en la existencia de cada ser vivo y aunque las plantas y las piedras no
tienen corazón, en ellas habita la energía impregnada en todo su materialidad,
formando así otro tipo de existencia también llamada amor.
Es por eso que si puedes
ver el amor en todo lo que existe y te rodea, tu mundo se ira transformando en
aspectos más equilibrados, sintientes y con ello podremos realmente expresar
las características del amor que es la real existencia de la vida y simplemente
habita en tu interior
Por todo eso yo amo,
amo, amo mi vida y aunque sé que a veces no hay problemas sino enseñanzas, me
limito a esperar con paciencia que la enseñanza sea aprendida, superada y
entonces caminar con mi amor más extendido, pues no hay límites para el amor.